¡Que tengáis un final de año estupendo! ¡Vuelvo el que viene con más munición!
lunes, 28 de diciembre de 2015
miércoles, 9 de diciembre de 2015
La historia tras "el elixir de la vida": El mausoleo del primer emperador
En 1974, cerca de Xi'an, un campesino local descubrió por casualidad uno de los famosos Guerreros de Terracota. No era el primero, sin embargo. Durante años habían circulado historias sobre hallazgos previos que habían sido vueltos a enterrar o destruidos por el temor a que se trataran de espíritus malignos. Ninguna de estas historias es arqueológicamente verificable, pero tampoco son de extrañar dadas las supersticiones de la cultura popular. Pero es a partir de los años 70 cuando se inician los trabajos de investigación y rescate del ejército de terracota, situados a un kilómetro del túmulo donde se encuentra la cámara funeraria.
Fosa 1, que contiene el ejército de terracota. Imagen extraída de Wikipedia bajo licencia Creative Commons |
Desde entonces se han sucedido los hallazgos, a cual más espectacular. Además de las fosas del ejército de terracota, con más de 8.000 soldados vestidos según su rango, han aparecido acróbatas, bailarines e incluso un zoológico. Una de las particularidades de estas figuras es que cada cara es única. La fabricación de las piezas se hacía en serie, mientras que de la decoración se encargaban artesanos individuales. Se calcula que en el recinto del mausoleo, de algo menos de 60 kilómetros cuadrados en total, trabajaron unos 700.000 obreros.
La técnica utilizada para sondear ese vasto terreno en busca de nuevas fosas, que menciono en "El elixir de la vida", es rudimentaria, pero efectiva. Se trata de clavar en la tierra unas largas varas de bambú y extraer testigos con ellas en busca de restos de terracota. Si aparecen, se acota la zona y se inicia una excavación. En YouTube podéis encontrar un documental magnífico, que recomiendo encarecidamente, donde se puede ver esta técnica, así como todo el proceso de localización, excavación y reconstrucción de una pieza completa. Para los interesados, dejo el enlace en la parte inferior.
Sima Qian Imagen de dominio público |
Así lo cree también el historiador chino actual Guo Zhikun, especialista en la dinastía Qin, que ha plasmado sus investigaciones en el libro "Suposiciones sobre el palacio subterráneo del mausoleo de Qin"
Representación del posible interior de la tumba. Imagen: http://www.china.org.cn |
También el mercurio, ya que los análisis en superficie han revelado su presencia en grandes cantidades.
Otra suposición es la de encontrar una importante colección de instrumentos musicales. Se sabe que era muy aficionado a este arte y, de hecho, ya han aparecido algunos junto a estatuas de terracota de músicos.
Sea lo que sea que aguarda dentro, promete ser de un valor incalculable. Pero tendremos que esperar para saberlo, ya que la postura actual del gobierno chino es la de esperar a tener mejores técnicas para su conservación y no aceptar ayuda extranjera para ello.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
FOLCH, Dolores. "El primer emperador de China". Historia National Geographic nº61 pags. 52-65
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/7638/monumental_mausoleo_los_guerreros_xian.html
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/7638/monumental_mausoleo_los_guerreros_xian.html
http://arquehistoria.com/historiasenigmas-e-hip-tesis-de-la-tumba-del-primer-emperador-chino-598
https://es.wikipedia.org/wiki/Mausoleo_de_Qin_Shi_Huang
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerreros_de_terracota
DOCUMENTAL
Qin, emperador de la eternidad
Parte I: https://www.youtube.com/watch?v=EFjFSrLxcf0
Parte II: https://www.youtube.com/watch?v=x9CWloqO0ZY
domingo, 6 de diciembre de 2015
Qin Shi Huang, el primer emperador de China
Qin Shi Huang nació con el nombre de Zheng en el 260 a. C., durante el llamado "Periodo de los Reinos Combatientes". Gobernaban los reyes Zhou desde la capital Luoyang, pero ya sin la función religiosa de antaño. Era un simple poder nominal, mientras que el poder real lo tenían los nobles. En esta etapa, los estados más poderosos anexionaron a los más débiles. De los más fuertes eran Qin y Chu, que controlaban aproximadamente un tercio del territorio cada uno.
Pero su historia empieza con Zhuang Xiang, su antecesor. Había sido prisionero en el reino de Wei cuando era un príncipe, pero un mercader llamado Liu Buwei lo liberó e iniciaron una estrecha relación. Tan estrecha que influyó primero en el padre de Zhuang Xiang para que lo nombrara sucesor por encima de sus hermanos, luego pasó a ser su consejero y hasta le cedió a su concubina favorita. Y aquí vienen las dudas, puesto que las malas lenguas decían que la concubina estaba ya embarazada del mercader y consejero. Si eso es así, Zheng no era hijo del rey. En cualquier caso, al morir su supuesto padre, Zheng tenía 13 años y Liu Buwei fue su regente. Pero éste abogaba por la táctica de una conquista militar lenta y segura. Zheng discrepaba y no dudó en apartarle de su lado cuando alcanzó los 21 años y pudo gobernar por sí mismo. En su lugar ascendió a Li Si, más acorde a una política de expansión rápida.
Eso fue exactamente lo que sucedió. En solo 10 años consiguió acabar con los Estados Combatientes y en 221 a. C. se proclamó emperador con el nombre de “Shi Huangdi” —Primer Emperador—, en referencia a los primeros gobernantes míticos de China.
Hay que reconocer parte del mérito de su éxito a sus antecesores, que ya iniciaron reformas que se tradujeron en una administración eficaz, un rico comercio y una agricultura desarrollada y, por lo tanto, un ejército bien equipado y alimentado, que además estaba entrenado por los múltiples conflictos armados. Para evitar rebeliones confiscó las tierras de reyes y príncipes y las repartió entre los campesinos; obligó a trasladar a los nobles a la capital, lejos de sus antiguos dominios; realizó movimientos masivos de población para acabar con los regionalismos; destruyó las murallas interiores y las ciudades fortificadas, y unió los distintos tramos fronterizos hasta crear una primera versión de la Gran Muralla. Dividió todo su territorio en 36 prefacturas, cada una gobernada por tres ministros: uno civil, uno militar y un supervisor. Para ayudar a la integración de tanta diversidad, unificó medidas, pesos, moneda y los caracteres lingüísticos. También creó una red de carreteras para conectar todas las capitales de prefactura.
Sin embargo, la unificación cultural instigada por Li Si fue mucho más complicada. Quemó los libros de filosofía e historia, respetando los de medicina, farmacia, agricultura y adivinación. En este punto hay que matizar que la quema no fue total, sino que conservó ejemplares en la Biblioteca Imperial —aunque ésta fue destruida igualmente más adelante—. También prohibió las críticas a su gobierno y quemó vivos a 460 intelectuales. Una vez más, debemos matizar que éstos no eran sabios ni estudiosos, sino enemigos políticos que podían representar una amenaza. Ambos hechos fueron exagerados y utilizados por sus detractores.
En cuanto a su forma de gobernar, Qin Shi Huang no delegaba; llevaba todo personalmente. Cada día revisaba kilos de informes en tablillas de bambú. El historiador Sima Qian lo describió con la “nariz ganchuda, ojos alargados, pecho de ave rapaz y voz de chacal”. Se dice que era inteligente, ambicioso y cruel, pero también un paranoico. Como anécdota, una vez sentenció a una montaña a ser pelada y pintada de rojo como los condenados porque ésta le bloqueaba el paso. En otra hizo noble a un árbol que lo refugió de la lluvia. Pero su obsesión más célebre fue su miedo a la muerte. Su palacio tenía numerosas habitaciones y cada noche dormía en una diferente, nadie sabía nunca en cuál. Mandó expediciones a los confines de su Imperio y más allá en busca del elixir de la vida. Las más célebres son las del hechicero Xu Fu, cruzando el mar en busca de las islas donde se suponía que crecía la hierba de la inmortalidad. Éste viajó en dos ocasiones y no regresó de la segunda, se dice que porque encontró Japón y se quedó allí.
A pesar de sus esfuerzos por hallar la hierba de la inmortalidad, por si acaso mandó construir una inmensa tumba repleta de tesoros y trampas, localizada a día de hoy en Xi'an pero todavía sin abrir.
Qin Shi Huang murió en 210 a. C. durante uno de sus viajes de inspección. Li Si llevó el cadáver junto al pescado para disimular el olor y no dio aviso de la muerte del Emperador hasta estar de vuelta en la capital. Su sucesor demostró no poseer la capacidad de gobierno de Qin Shi Huang y la dinastía Qin finalizó poco más tarde.
Pero su historia empieza con Zhuang Xiang, su antecesor. Había sido prisionero en el reino de Wei cuando era un príncipe, pero un mercader llamado Liu Buwei lo liberó e iniciaron una estrecha relación. Tan estrecha que influyó primero en el padre de Zhuang Xiang para que lo nombrara sucesor por encima de sus hermanos, luego pasó a ser su consejero y hasta le cedió a su concubina favorita. Y aquí vienen las dudas, puesto que las malas lenguas decían que la concubina estaba ya embarazada del mercader y consejero. Si eso es así, Zheng no era hijo del rey. En cualquier caso, al morir su supuesto padre, Zheng tenía 13 años y Liu Buwei fue su regente. Pero éste abogaba por la táctica de una conquista militar lenta y segura. Zheng discrepaba y no dudó en apartarle de su lado cuando alcanzó los 21 años y pudo gobernar por sí mismo. En su lugar ascendió a Li Si, más acorde a una política de expansión rápida.
Eso fue exactamente lo que sucedió. En solo 10 años consiguió acabar con los Estados Combatientes y en 221 a. C. se proclamó emperador con el nombre de “Shi Huangdi” —Primer Emperador—, en referencia a los primeros gobernantes míticos de China.
Mapa realizado por Marta Elías para Historia 2.0 |
Hay que reconocer parte del mérito de su éxito a sus antecesores, que ya iniciaron reformas que se tradujeron en una administración eficaz, un rico comercio y una agricultura desarrollada y, por lo tanto, un ejército bien equipado y alimentado, que además estaba entrenado por los múltiples conflictos armados. Para evitar rebeliones confiscó las tierras de reyes y príncipes y las repartió entre los campesinos; obligó a trasladar a los nobles a la capital, lejos de sus antiguos dominios; realizó movimientos masivos de población para acabar con los regionalismos; destruyó las murallas interiores y las ciudades fortificadas, y unió los distintos tramos fronterizos hasta crear una primera versión de la Gran Muralla. Dividió todo su territorio en 36 prefacturas, cada una gobernada por tres ministros: uno civil, uno militar y un supervisor. Para ayudar a la integración de tanta diversidad, unificó medidas, pesos, moneda y los caracteres lingüísticos. También creó una red de carreteras para conectar todas las capitales de prefactura.
Sin embargo, la unificación cultural instigada por Li Si fue mucho más complicada. Quemó los libros de filosofía e historia, respetando los de medicina, farmacia, agricultura y adivinación. En este punto hay que matizar que la quema no fue total, sino que conservó ejemplares en la Biblioteca Imperial —aunque ésta fue destruida igualmente más adelante—. También prohibió las críticas a su gobierno y quemó vivos a 460 intelectuales. Una vez más, debemos matizar que éstos no eran sabios ni estudiosos, sino enemigos políticos que podían representar una amenaza. Ambos hechos fueron exagerados y utilizados por sus detractores.
En cuanto a su forma de gobernar, Qin Shi Huang no delegaba; llevaba todo personalmente. Cada día revisaba kilos de informes en tablillas de bambú. El historiador Sima Qian lo describió con la “nariz ganchuda, ojos alargados, pecho de ave rapaz y voz de chacal”. Se dice que era inteligente, ambicioso y cruel, pero también un paranoico. Como anécdota, una vez sentenció a una montaña a ser pelada y pintada de rojo como los condenados porque ésta le bloqueaba el paso. En otra hizo noble a un árbol que lo refugió de la lluvia. Pero su obsesión más célebre fue su miedo a la muerte. Su palacio tenía numerosas habitaciones y cada noche dormía en una diferente, nadie sabía nunca en cuál. Mandó expediciones a los confines de su Imperio y más allá en busca del elixir de la vida. Las más célebres son las del hechicero Xu Fu, cruzando el mar en busca de las islas donde se suponía que crecía la hierba de la inmortalidad. Éste viajó en dos ocasiones y no regresó de la segunda, se dice que porque encontró Japón y se quedó allí.
A pesar de sus esfuerzos por hallar la hierba de la inmortalidad, por si acaso mandó construir una inmensa tumba repleta de tesoros y trampas, localizada a día de hoy en Xi'an pero todavía sin abrir.
Qin Shi Huang murió en 210 a. C. durante uno de sus viajes de inspección. Li Si llevó el cadáver junto al pescado para disimular el olor y no dio aviso de la muerte del Emperador hasta estar de vuelta en la capital. Su sucesor demostró no poseer la capacidad de gobierno de Qin Shi Huang y la dinastía Qin finalizó poco más tarde.
Bibliografía
- Ceinos, Pedro: Historia breve de China. Madrid, Sílex, 2003, pp. 81-89.
- Scarpari, Maurizio: Antigua China. Barcelona, Ed. Folio, 2005.
- Folch, Dolors: La construcció de Xina: El periode formatiu de la civilització xinesa. Barcelona, Ed. Empúries, 2001, pp. 157-175.
- Folch, Dolores: «El primer emperador». Historia National Geographic, 6 (2004), pp. 90-100
- Folch, Dolores: «El primer emperador de China». Historia National Geographic, 61 (2009), pp. 52-65
jueves, 26 de noviembre de 2015
Publicación de "El elixir de la vida"
¡"El elixir de la vida", publicado en primicia en Bubok!
http://www.bubok.es/libros/243719/El-elixir-de-la-vida
viernes, 16 de octubre de 2015
Adelanto: Prólogo de "El elixir de la vida"
La
expedición había sido muy tranquila hasta ese momento, en el que me encontraba
colgada de la cornisa más alta de la fachada del Monasterio de Petra. Eché un
vistazo fugaz hacia el suelo, donde el aparato de infrarrojos que estaba usando
yacía destrozado.
—¡Estás
tardando una eternidad! —chillé. Escuché como los improperios subían
progresivamente de volumen. Dani apareció en mi campo de visión, empapado en
sudor.
—¿Pero
qué te ha pasado? ¿Te has tropezado?
—Algo
así —mascullé.
—¿Cómo
que algo así? —insistió, avanzando con cuidado hacia mí.
—Se
me resbaló el trasto ese —gruñí.
—¿No
me digas que te has tirado a por él? ¡Joder, Casandra! ¡Tu padre puede comprar
mil de esos, pero no reponer a su hija!
—Fue
un acto reflejo —me defendí—. Pretendía cogerlo antes de que cayera, no ir
detrás.
Tenía
los brazos destrozados. No sabía cuánto más podría aguantar. Me había atado una
cuerda a modo de arnés, pero los nudos no eran el mejor de mis talentos.
—A
quién se le ocurre —continuó protestando, todavía evaluando cómo ayudarme sin
caerse él.
—¡Que
suba otro! —grité hacia abajo, desde donde el resto del equipo nos miraba con
preocupación.
Me
cogió por el antebrazo con una mano mientras se agarraba a la piedra tallada
con la otra.
—Cuando
te avise, te sueltas de la cornisa y me agarras el brazo. ¡Ya!
Dio
un fuerte tirón y me alzó lo suficiente como para que yo también pudiera
colaborar. Unos segundos más tarde estábamos a salvo en roca firme, jadeando
por el esfuerzo. Se escucharon aplausos procedentes del equipo.
—Si
vas a hacer cosas como estas, rechazo la oferta de tu padre —amenazó.
—Ya,
porque vas a renunciar al sueldazo que te ofrece —repliqué.
Tras
el éxito en sus dos misiones anteriores y lo útil que había sido, al margen de
su formación como químico, papá le había ofrecido un puesto en el trabajo de
campo a cambio de una considerable remuneración. Eso significaba ser un miembro
fijo en las expediciones en las que se lo requiriese.
Me
puse en pie, dándole una palmadita en el hombro.
—Gracias
por salvarme —dije.
—¿Eso
es todo?
—No
tengo confeti aquí ahora mismo…
Bajamos
los peligrosos escalones tallados en la roca sin dejar de discutir. El resto
del equipo nos llamaba “Pepa y Avelino”, en referencia a un matrimonio mayor
mal avenido de una serie de televisión.
Nos
despedimos de los demás, haciéndoles prometer que no le dirían nada a mi padre,
aunque solo dos de los presentes eran miembros de ARPA. Simplemente hacíamos
una pequeña colaboración con los arqueólogos jordanos aportando equipo. Me
había empeñado en ir porque me hacía ilusión ver Petra. Papá no quería que
fuera sola, y como Héctor estaba en Centroamérica y Alex seguía temporalmente
incapacitado, le había tocado a Dani. Como mi padre había aprovechado la excusa
para anunciarle su ascenso, le dio apuro protestar.
Sin
embargo, dentro de poco viajaría por primera vez siendo yo la hermana mayor a
cargo. Sofía cumplía los dieciocho en pocas semanas y quería que la acompañara
en su viaje. Papá no podía oponerse porque sería una demostración de machismo
impropia de él, pero sabía que estaba intranquilo. Probablemente estuviera
preparando algo muy relajado esta vez, lo que tampoco estaba mal, para variar.
—¿Tienes
ganas de conocer a Sofía? —pregunté a Dani mientras deshacíamos el camino a
través de las ruinas de la ciudad nabatea. Éste se encogió de hombros.
—Pues
me da igual. Parece sosilla, ¿no? —Lo miré frunciendo el ceño.
—Para
nada. Es tranquila, pero muy inteligente y con un ingenio afilado.
—Mientras
no tenga tu mala leche —murmuró. Le dediqué una sonrisa peligrosa.
—Pues
a mí si querías conocerme.
—Parecías
más simpática en foto —replicó, encasquetándome un sombrero de tela blanco como
los que usan los pescadores, pero con un camello bordado—. Toma, para que no se
te recalienten las ideas.
Se
puso uno similar y unas gafas de sol.
—¿Y
esto? —inquirí.
—De
los puestos de la entrada. Aquí pega un sol de cojones —contestó, antes de
retomar la conversación anterior—. ¿Sabes a dónde iréis?
—Todavía
no. ¿Seguro que no quieres venir? —bromeé.
—Gracias
a Dios, vuestros viajes rituales están vetados.
—Salvo
emergencias —recordé.
—Procura
no tener ninguna. Y si la tenéis, llama a otro. Susana me va a matar como me
vaya dos veces tan seguidas —dijo.
—¿Qué
tal os va? —Dani llevaba tiempo rondando a una de las chicas del laboratorio y
al final había conseguido una cita. Llevaban casi medio año, así que no la
había espantado aun.
—Normal.
—Se encogió de hombros.
—Que
apático estas hoy —protesté.
—¿Qué
quieres? Estamos a cuarenta grados y tú haciéndome preguntas de chicas.
Chasqueé
la lengua en señal de fastidio y pasamos a hablar de la última película que
había visto.
Llegamos
a la entrada del desfiladero y contemplé por última vez la magnífica fachada
del tesoro, tan popular desde Indiana
Jones y la última cruzada. Cuántas veces la había visto de pequeña y soñado
con vivir esas aventuras. Por supuesto, ni por un momento pensé que se haría
realidad, o al menos de la misma forma. Y, sin embargo, esa era mi vida ahora;
recuperando artefactos legendarios con alguna clase de poder incomprensible. Y
podía decir orgullosa que los dos primeros habían sido de los grandes: el
tridente de Shiva y Excalibur. Quién sabía qué sería lo próximo.
Anduvimos
con calma los casi dos kilómetros del desfiladero hasta llegar al aparcamiento
que había al otro lado, disfrutando de los preciosos colores de la arenisca por
el camino. Es una de las ventajas y a la vez inconvenientes de los sitios
turísticos: más comodidades, pero el encanto se esfuma en cuestión de pocos
metros.
Dani
condujo al hotel y se despidió hasta la hora de la cena. Parecía sentir la
necesidad de amortizar cada piscina que encontraba. Por mi parte, saqué una
silla hasta la entrada de la habitación y contemplé la bellísima puesta de sol
sobre el macizo de Petra. El lugar era como un pequeño pueblo, con casitas de
dos plantas diseminadas en varias calles. Nunca había visto un hotel así, pero
estaba fascinada con él. No me importaría vivir en una de esas casas con
semejantes vistas para siempre.
Nos
volvimos a reunir todos para la cena. Los otros dos miembros de ARPA, un chico
especializado en fotogrametría digital llamado Bruno y una arqueóloga veterana
de nombre Milagros, se quedaban al menos otra semana más. Yo debía volver a las
clases y Dani a su trabajo normal en el laboratorio. Cuando estábamos ya
tomando el postre, tuve la sensación de que alguien me observaba. Alcé la
cabeza y miré alrededor hasta topar con los ojos fríos de un hombre que se
sentaba solo en una mesa pequeña.
—Ese
tío nos está mirando —comenté, medio en un susurro. Dani se levantó para
servirse más gelatina y aprovechó para pasear la vista por la zona del
desconocido.
—Te
mira a ti. Creo que has ligado —bromeó antes de dirigirse a la mesa con la
comida. Volvió con un plato rebosante de una sustancia temblorosa de color
rojo—. ¿Creéis que la gelatina de fresa reduce mi hombría?
—Sin
ninguna duda, tío —replicó Bruno.
—Su
expresión no es nada amigable —insistí—. Esto no me gusta.
Mis
compañeros parecieron tomarme en serio esta vez.
—No
estamos en misión especial. Si vienen a espiar, no tienen nada que rascar aquí.
—Me tranquilizó Dani.
—Últimamente
hay más tensión con los americanos y tú eres un objetivo principal, Casandra
—intervino Milagros—. Probablemente solo te estén vigilando.
Le
di vueltas a sus palabras y empecé a preocuparme por el viaje de Sofía.
Supuestamente teníamos que hacerlo sin apoyo de ARPA, pero tenía la sensación
de que acabaríamos necesitándolo.
Dejamos
los platos vacíos en la mesa y nos encaminamos a las habitaciones, pero para
ello teníamos que pasar junto al hombre hostil. Nuestras miradas volvieron a
cruzarse cuando pasé cerca y me sorprendió comprobar que era mucho más joven de
lo que parecía. Debía tener más o menos la edad de Sam. Sentí una punzada de
dolor al volver a pensar en él tras tanto tiempo. No había sabido nada de mi
presunto novio desde hacía mucho. Esta vez, el chico esgrimió una sonrisa
torcida aún más malévola que sus ojos e hizo un gesto de saludo con la cabeza.
Desvié la vista y continué andando, obligándome a no mirarle. Su chaqueta
llevaba un parche que ya había visto antes y que despejó todas mis dudas:
volveríamos a encontrarnos.
—Es
del “Proyecto Génesis” —dije, una vez fuera del comedor. Era la organización
americana equivalente a la nuestra, pero con diferente fin. Nosotros éramos
independientes del gobierno y actuábamos para el desarrollo de la ciencia,
mientras que ellos eran parte del programa militar del suyo.
—¿Cómo
lo sabes? —preguntó Bruno.
—Llevaba
un parche en la cazadora —respondí.
—Joder,
es que cada vez se lo curran menos —bufó Dani.
—Creo
que Milagros tiene razón y que simplemente están vigilando y aumentando la
presión sobre nosotros. Se lo diré a mi padre mañana —continué, intentando
sonar despreocupada.
En
realidad pensaba llamarle en cuanto llegara a la habitación y pedirle que
aumentara la seguridad para nuestros compañeros. Si no, no me iría tranquila.
Sin embargo, en cuanto encendí el móvil vi varias llamadas perdidas de Helena,
mi mejor amiga. Sabía que me iba solo unos pocos días, así que tanta insistencia
no era normal. Toqué sobre “devolver llamada” y me llevé el teléfono a la
oreja. Una voz aparentemente tranquila contestó al otro lado.
—Hola
Helena. Siento llamar tan tarde. ¿Ha pasado algo? —Me quedé helada, sin poder
creer lo que me contaba—. ¡¿Qué te han puesto una bomba?!
lunes, 28 de septiembre de 2015
¡Tercera entrega de Casandra casi terminada!
Y, para celebrarlo, vamos con un pequeño extracto:
Finalmente
la corriente fue más fuerte que yo y salí volando hasta estamparme contra la
pared del fondo de la cueva. La linterna salió disparada y se apagó. Dani
consiguió dar dos pasos hacia delante, pero no tardó en ceder también. En el
exterior había empezado a llover con una furia inusitada. La figura de Leitzu
se hizo más pequeña conforme salía, y de repente el viento cesó.
—Hay
que ir tras ella —dijo Dani, poniéndose en pie a toda prisa. Pero entonces la
cueva empezó a temblar y un par de rocas cayeron delante de nuestro. Me encogí
en el suelo y Dani se lanzó sobre mí para protegerme con su cuerpo. En aquel
momento, la entrada se oscureció. Nos quedamos quietos, respirando
entrecortadamente hasta que todo cesó. Sentí como Dani se levantaba y sólo me
quedaba oscuridad y un frío húmedo.
—Un
corrimiento de tierras provocado por la lluvia —murmuró—. Parece que el
jodido tambor controla el tiempo.
—Sí, lo sé. Estaba presente —repliqué.
—Podrías
ser un poco más agradable conmigo. Soy la última persona que verás en tu vida
—gruñó.
—Lo siento –contesté, suspirando con pesar.
miércoles, 2 de septiembre de 2015
Entrevista en Entreescritores del 17/09/14
Hace casi un año me hicieron mi primera y única entrevista hasta el momento. Recordémosla!
http://blog.entreescritores.com/marta-elias-autora-de-el-tridente-de-shiva%C2%B4-uno-de-mis-objetivos-al-escribir-es-que-sea-todo-muy-visual/
http://blog.entreescritores.com/marta-elias-autora-de-el-tridente-de-shiva%C2%B4-uno-de-mis-objetivos-al-escribir-es-que-sea-todo-muy-visual/
jueves, 27 de agosto de 2015
Extracto de la tercera parte de Casandra: "El elixir de la vida"
El trabajo con la tercera parte está avanzando a muy buen ritmo. Por lo pronto, os dejo con un extracto pequeño del capítulo 13:
Delante de mí, el mar de tejas continuaba, pero a mi derecha se abría un espacio más grande. Me asomé y vi una calle con un canal. Puede que incluso la misma donde nos habían emboscado. Entonces me fijé en un cable que cruzaba de lado a lado desde un tejado próximo, todo lleno de farolillos de rojos. Miré al suelo. La casa tenía un par de plantas, así que serían cinco o seis metros. Hice un cálculo rápido y, antes de pensármelo dos veces, salté hasta el cable y me lancé sobre el farolillo más cercano. En mi cabeza, haría el efecto de una tirolina que me llevaría hacia el otro lado deslizándome, pero la realidad fue que el cable cedió bajo mi peso y caí con él como si fuera una liana. La distancia al suelo era mayor que la longitud del cable, pero no mucho más. Salté en el último momento y rodé por el suelo. Unos brazos me recogieron a toda velocidad y su propietario me obligó a correr en contra de la voluntad de mi maltrecho cuerpo.
—Muy bonita tu imitación de Tarzán —dijo la voz de Dani—. ¿En qué estabas pensando?
—De hecho, en Mulan. A ella le funcionó —respondí, intentando ignorar el dolor que me recorría.
—Eres la leche. —Pude ver el asomo de una sonrisa pese al regaño—. Los otros están por allí, date prisa.
Montaje a partir de una fotografía de Trey Ratcliff (Stuck in Customs) |
lunes, 3 de agosto de 2015
Nuevo relato: Zombies from outer space
Buenas!
Vuelvo de las vacaciones con una noticia buena y otra mala. La buena es que me he inspirado mucho y he escrito un relato. La mala que no tiene nada que ver con el universo de Casandra. Aunque eso no tiene por qué ser malo... Pero como el blog está dedicado a eso, parece como que no pega.
Aún así, mis escritos son todos. Aquí dejo el enlace a las diferentes plataformas en las que está colgado gratuitamente por si alguno lo quiere leer.
¿Qué pasaría si los extraterrestres invaden la tierra, pero ya están muertos? ¿Y sí, además, nuestros protagonistas están en un festival a punto de ver a su grupo heavy favorito? Acción, masacre y romance se unen en este breve pero trepidante relato.
Bubok:
http://www.bubok.es/libros/241659/Zombies-from-outer-space
Free eBooks:
http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Zombies-from-Outer-Space
Megustaescribir:
http://megustaescribir.com/obra/11483/zombies-from-outer-space
domingo, 28 de junio de 2015
La ruta de "La espada invencible": Mont Saint Michel
La leyenda de su fundación es bastante conocida: Entre los siglos XVIII y IX, el arcángel San Miguel en persona le pidió a un monje llamado Aubert hasta en tres ocasiones que le edificara allí un oratorio. Pero antes de eso no había un monte pelado. En épocas de los celtas el mar estaba a más distancia y se dice que el montículo sobresalía sobre el bosque de Scissy. La existencia de dicho bosque es incierta, ya que no hay ninguna prueba, pero sí existía un gran megalito al que los galos rendían culto. Llamaban a este lugar "la tumba de Belenos", su dios del sol. Alrededor de éste, edificaron su propio cementerio. Más tarde, los romanos llegaron hasta aquí y lo llamaron Puerto Hércules. Construyeron caminos, pero el más próximo desapareció por el efecto de la subida de la marea. No hubo una ocupación más definitiva hasta el siglo IV, con la llegada del cristianismo, cuando se erigió a San Esteban un oratorio a medio monte y, más tarde, otro a San Sinforiano a los pies. Tras eso, el primero mentado, el de la leyenda del arcángel.
Es a partir del siglo XIII cuando se renueva el monasterio en estilo normando gracias al dinero proporcionado por Felipe II, cuando empieza a adquirir gran importancia.
Hasta aquí la lección de historia por hoy, que me siento como escribiendo un trabajo de clase. Centrándome en Casandra, en el libro el asunto de la tumba de Belenos me venía que ni pintado para poder usarlo de escenario. Es de esos lugares que no necesitas mucho para darle magia porque ya se presta solo para ello. Es también el capítulo más fantasma que he escrito (y eso que escribo sobre artefactos tecnológicamente avanzados en la mitología), pero pienso en escenas de cine, y no me digáis que no quedaría espectacular en una pantalla grande.
sábado, 30 de mayo de 2015
La ruta de "El tridente de Shiva": Trimbakeshwar
Otra localización de la ruta de Casandra es Trimbakeshwar. Se encuentra dentro del mismo estado que el anterior, Bhimashankar. Algo más al norte, cerca de la ciudad de Nashik. Como pasa con todas, hay varias versiones de la misma leyenda con pequeños cambios de una a otra: los personajes que intervienen, las motivaciones, etc., aunque todas terminen con el mismo resultado. Aquí explico la que he usado yo en el libro.
LA LEYENDA:
El sabio Gautama
y su esposa Ahalya rezaron al dios del mar, Varuna, porque había sequía. Le
pidieron que lloviera, pero el dios no podía hacer eso. En su lugar, puso
un estanque. Pero pese a que ellos lo habían conseguido con sus rezos, los demás sabios y sus mujeres no les dejaban coger agua. Estos otros sabios querían echar a Gautama y Ahalya e invocaron a Ganesha para pedirle ayuda. Éste se hizo pasar por una vaca que se comía la cosecha de Gautama. El sabio quiso espantarla y la mató sin querer, lo cual es un delito muy grave. Pero los demás sabios lo usaron de excusa para desterrarlos. Tuvieron que cumplir diversos castigos, y Gautama rezó a Shiva. El dios se apareció y le quiso conceder un deseo. El sabio le pidió que el don del río Ganges estuviera siempre presente allí, en la nueva ermita que había fundado. Se trata del don de perdonar los pecados. Shiva lo consultó con la diosa Ganga (la del río Ganges) y estuvo de acuerdo siempre y cuando el propio Shiva y su esposa Parvati estuviesen allí también para siempre. Y Shiva permaneció en forma de linga. Así, en las montañas de Trimbakeshwar, nació el río Godavari. Es uno de los siete ríos sagrados de la India.
En este templo, el linga está hecho de piedra negra y tiene la cara de los tres dioses: Shiva, Visnú y Brahma. Es una zona donde se realizan muchos rituales y festividades religiosas.
Fotografías extraídas de Google Imágenes.
sábado, 23 de mayo de 2015
Pequeño adelanto de Casandra 3
Para aquellos que se quedaron con ganas de Saber qué pasa con Casandra y Sam después de "La espada invencible", traigo un pequeño pequeñísimo fragmento de conversación del próximo libro:
—Sam…
—¡No! Tú lo has
tenido muy fácil. En ningún momento te has desviado del camino recto que te han
marcado por mí. ¡Y yo he puesto todo en peligro por ti!
Respiré hondo,
intentando mantener la calma y descender los niveles de ebullición de mi
sangre.
—¿Te pedí que lo
hicieras? —pregunté con voz suave.
—Claro que no.
—Pues no puedes
echarme en cara haber hecho por mí algo que nunca pedí —repliqué, tajante.
—No te lo estoy echando en cara, pero creo que
no te has puesto en mi lugar. Creo que, después de todo, lo nuestro merece una
oportunidad. Encontraremos la manera de que funcione. Pero no puedo hacerlo
solo. Necesito tu ayuda.
¿Qué contestará Casandra? ¿Le dará otra oportunidad o lo mandará a freír monas?
viernes, 22 de mayo de 2015
La ruta de "El Tridente de Shiva": Bhimashankar
En el libro, los protagonistas buscan los atributos de Shiva en forma de objeto físico a través de las leyendas sobre el origen de 12 templos. Si bien dichos objetos son ficticios, los lugares y su historia sí son ciertos.
Los Jyotirlingas son aquellos lugares donde Shiva se apareció en forma de columna de luz, que es lo que significa el nombre. Bueno, para ser exactos, linga significa falo, pero mejor me referiré a ello como "columna" para que esta página no aparezca en otro tipo de búsquedas. Como decía, en esos lugares se erigió un templo. Hay 12 de ellos repartidos por la India.
Bhimashankar está a algo más de 200 kilómetros de Bombay, en una cadena montañosa llamada montañas Sahyadri. El río Bhima, que fluye por ellas, es un afluente del río Krishna.
LA LEYENDA:
Es el lugar en el que Shiva destruyó al demonio Tripura. En realidad no era uno, sino tres demonios
hermanos que le pidieron a Brahma que los hiciera inmortales pero, como no
podía hacerlo, llegaron a un trato: construirían tres fortalezas que, tras mil
años, serían una sola: Tripura. Vivirían hasta que alguien pudiese destruir las
tres con una sola flecha. Creían que esto era imposible y que nunca morirían.
Los tres fuertes empezaron a crecer y prosperar, y los dioses temían que se
hicieran demasiado poderosos. Le pidieron a Brahma que los destruyera pero, a
causa del trato hecho con los tres hermanos, no podía. Se lo pidieron a Shiva
que, como los demonios no hacían nada malo, se negó. Recurrieron entonces a
Visnú y su solución fue engañarlos para que pecaran. Así, Shiva se vería
obligado a destruirlos. Creó entonces a un hombre que les llevó una nueva
religión y los convenció para que se convirtieran a ella. De esta forma,
dejaron de adorar a los dioses y Shiva accedió a destruir Tripura. Como habían
pasado mil años, los tres fuertes ya eran uno solo. Shiva insertó en su flecha
un arma divina llamada Pashupata ―algo así como un arma de destrucción masiva― y la lanzó con su
arco, destruyéndolas. El sudor de Shiva tras la batalla originó el río
Bhima, que nace allí.
Existe otra leyenda relacionada con el templo, aunque me parece bastante más confusa. Si queréis saberla, o si queréis saber qué lleva a Casandra a triscar por estas montañas en busca de ciudades demoníacas destruidas hace milenios, acudid a los capítulos 5 y 6 de "El tridente de Shiva".
Fotografías del jyotirlinga y de la zona. Extraídas de Google imágenes.
jueves, 14 de mayo de 2015
Estrenando blog
¡Estamos de estreno! A partir de hoy, la saga de Casandra y, yendo más allá, todos los libros presentes y futuros que pertenezcan a la Serie del Santuario, tendrán presencia en forma de blog. En él iré colgado cosas de todo tipo: curiosidades, localizaciones de los escenarios, imágenes, vídeos, extractos, etc.
En los laterales se pueden encontrar todos los enlaces y la información de interés. Espero que sea de vuestro agrado y muchas gracias a todos los que me dais vuestro apoyo en este camino tan satisfactorio como ingrato de la escritura.
¡Hasta pronto!
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